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Este camino nos conducirá hasta el puente de hierro por el que pasaba el ferrocarril que unía el oeste salmantino con Portugal. A lo largo de la senda, que discurre entre prados y tierras de labor, encontraremos abrevaderos, charcas y otros elementos destacados.
La ruta nos hará pasar junto a los terrenos donde, hasta no hace muchos años, se trillaba, o junto a la Dehesa, finca municipal de más de 600 hectáreas que son aprovechadas por los vecinos de la localidad.
Asimismo, encontraremos especies botánicas de interés, como el torvisco, que se empleaba tradicionalmente para desparasitar el ganado, o los olmos o negrillos, especie muy abundante en el pasado que fue diezmada por la grafiosis, una enfermedad que es producida por un hongo.
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El agua será nuestra acompañante en un sendero que nos llevará junto a la Charca del Valle Ancho, la Fuente Lera, o el Arroyo del Pinar. La abundancia de este elemento favorece la existencia de cultivos y pastos a lo largo del recorrido.
Del mismo modo, la gran cantidad de agua nos permitirá disfrutar de especies vegetales típicas del bosque de ribera, como chopos, fresnos, sauces y mimbreras.
Pero, además, en esta ruta podremos encontrar elementos de gran valor etnográfico, como una choza tradicional construida en piedra seca, es decir, sin usar morteros ni argamasas. Normalmente, este tipo de construcciones eran usadas para proporcionar refugio a personas y animales. Junto a esta choza descubriremos un abrevadero con varios pilones en los que bebe el ganado.
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Partiendo de una magnífica fresneda, ascenderemos ligeramente entre viñedos y cultivos que irán dando paso a arbustos, robles y encinas. Así, llegaremos hasta a la ermita de San Gregorio y su área recreativa, donde podremos reponer fuerzas y disfrutar de buenas vistas panorámicas.
En la ermita de San Gregorio se encuentra la imagen del santo, y cada 9 de mayo, día de su festividad, los habitantes de Lumbrales suben hasta allí para honrarlo y hacer una merienda.
El camino nos permitirá contemplar ejemplares centenarios de pino resinero, que destacan por su enorme porte, al igual que un eucalipto que veremos sobresalir entre toda la vegetación. Asimismo, atravesaremos tierras abandonadas que hasta hace poco acogían el cultivo de diversos frutales como nogales, ciruelos, melocotoneros, perales o membrilleros.
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